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    Tendinitis y Bursitis. Diferencias y tratamiento

    Las lesiones musculoesqueléticas son una de las principales razones por las que las personas buscan tratamiento fisioterapéutico. Entre las más comunes se encuentran la tendinitis y la bursitis, dos afecciones que pueden causar dolor e inflamación en diversas partes del cuerpo. Aunque a menudo se confunden, tienen diferencias clave en cuanto a su origen, síntomas y tratamiento. En este artículo exploraremos en qué consisten, como diferenciarlas y qué estrategias de fisioterapia pueden ayudar en su recuperación.

    QUÉ ES LA TENDINITIS:

    Es la inflamación de un tendón, la estructura fibrosa que une el músculo con el hueso. Suele ser causada por sobrecarga repetitiva, movimientos inadecuados o envejecimiento del tejido. Es frecuente en personas que realizan actividades repetitivas como corredores, nadadores, tenistas y trabajadores manuales.

    SÍNTOMAS DE LA TENDINITIS: 

    • Dolor localizado en el tendón afectado, que aumenta con el movimiento.
    • Sensibilidad al tacto.
    • Rigidez en la zona tras periodos de inactividad.
    • Posible inflamación leve en la zona afectada.

    ZONAS MÁS AFECTADAS:

    • Hombro (tendinitis del supraespinoso).
    • Codo (epicondilitis lateral o medial).
    • Muñeca, rodilla y tobillo.

    QUÉ ES LA BURSITIS:

    La Bursitis es la inflamción de una bursa, una pequeña bolsa llena de líquido sinovial que actúa como amortiguador entre tendones, músculos y huesos. Se produce por fricción excesiva, traumatismos repetitivos o infecciones.

    SÍNTOMAS DE LA BURSITIS: 

    • Dolor difuso en la zona afectada.
    • Inflamación más evidente que en la tendinitis.
    • Enrojecimiento y aumento de temperatura en casos de bursitis infecciosa.
    • Movilidad reducida debido al dolor y la hinchazón.

    ZONAS MÁS AFECTADAS:  Hombro (bursitis subacromial), Codo (Bursitis olecraniana), Cadera (Bursitis trocantérea) Rodilla (Bursitis prerrotuliana) y tobillo.

    TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO:

    El tratamiento para ambas condiciones se enfoca en reducir la inflamación, aliviar el dolor y recuperar la función de la zona afectada. Desde la Fisioterapia, las estrategias más efectivas incluyen:

    1. Reposo y control de carga: Reducir o modificar las actividades que causan la lesión es fundamental. No significa inactividad total, sino ajustar la carga de trabajo para evitar la irritación del tejido.
    2. Crioterapia y termoterapia.
    3. Terapia Manual:  Masaje y técnicas de liberación miofascial para disminuir tensiones. 

    Movilización articular para mejorar la movilidad sin dolor.

    1. Ejercicios Terapéuticos: Ejercicios excéntricos, de fortalecimiento progresivo, movilidad y estiramientos.

    CONCLUSIÓN:

    Tanto la tendinitis como la bursitis pueden generar molestias significativas si no se tratan a tiempo. Aunque comparten ciertos sintomas, conocer sus diferencias permite aplicar un tratamiento más efectivo. La fisioterapia juega un papel clave en la recuperación, combinando técnicas de alivio del dolor. Fortalecimiento y educación para prevenir futuras recaídas. Si sufres de dolor persistente en alguna articulación, acudir a un fisioterapeuta te ayudará a recuperar la movilidad y evitar complicaciones a largo plazo.

    Mercedes Romero Martin, Fisioterapeuta colegiado  Nº 18-10210 

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