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    Natación Terapéutica

    La Natación Terapéutica o también llamada Rehabilitadora se entiende como un programa de salud en el que se utilizan las actividades acuáticas con una finalidad de trabajo puramente correctivo-preventivo, aprovechando las propiedades físicas que el agua nos brinda.

    Natación Terapéutica

    Estos programas dirigidos están enfocados a la mejora y prevención de múltiples problemas o patologías. Desde alteraciones en el sistema músculo-esquelético, hasta la compensación de enfermedades que aparecen en la edad adulta, etc…

    Es por esto fundamental que la tutela y la introducción a estos programas sea dirigida por un Médico o un Fisioterapeuta, que realizará el diagnóstico más adecuado y diseñará un plan o protocolo individualizado que se ajuste al tratamiento paliativo, preventivo, o corrector de estas alteraciones.

    La natación terapéutica no es la natación tradicional o competitiva de los 4 estilos que conocemos (crol, espalda, braza y mariposa). Se trata de toda una batería de ejercicios dirigidos y pensados de forma específica para cada paciente y cada problema o patología a trabajar. Hay una gran variedad de recursos que incrementan las posibilidades de ejecución para cada caso en particular.

    Por un lado esta actividad busca complementar los tratamientos de Fisioterapia, Rehabilitación, Ortopedia, farmacológicos, y otras estrategias que los profesionales indiquen. Y por otro parte de estas actividades simplemente suponen un incremento de las formas de practicar la natación adaptada a cada necesidad.

    Y desde hace más de dos décadas la natación es utilizada como medio complementario a los tratamientos de Fisioterapia y Medicina Rehabilitadora. Normalmente es el Fisioterapeuta el que se encarga de elaborar el plan específico de trabajo en la piscina, y en ocasiones de dirigirlo en ella.

    Los problemas o patologías a tratar/trabajar en la piscina son casi innumerables, y van desde enfermedades de todo tipo, hasta prácticamente todos los problemas osteoarticulares siempre que no haya una contraindicación relacionada con el medio acuático.

    • Artrosis/Artritis
    • Algias (dolores) generales de espalda
    • Escoliosis
    • Hernias discales
    • Problemas Neurológicos
    • Prótesis
    • Problemas posturales
    • Rehabilitación traumatológica y deportiva
    • Etc, etc…

    Principio de Arquímedes: todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido que desaloja.

    ¡Y aprovecharemos esta situación!

    Cuando estamos sumergidos totalmente, nuestro peso aparente, es decir, el que notamos, es una décima parte del peso real. Cuando nos encontramos sumergidos hasta el tórax corresponde a una tercera parte de dicho peso, y cuando lo estamos hasta la cadera es aproximadamente la mitad.

    Este hecho tiene mucha importancia, ya que la acción hipogravitatoria que nos ofrece el agua, junto con los ejercicios que plantearemos, nos proporcionará una capacidad de trabajo muy considerable. Y con el interesante añadido de un bajo impacto articular.

    Autor: Antonio J. Sánchez Jiménez
    Fuente: Acuaterapia. Guía de rehabilitación y fisioterapia en la piscina. Joanne M. Koury

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